Nuestra misión es humilde. Y sagrada.
Es saber que no falta nada. Que todo es perfecto así como está, así como ocurre.
Que el acceso y la conexión y al final del día
nuestro único trabajo
es sacar lo que sobra
Sacar lo que nos separa de nuestra esencia, sacar lo que nos confunde,
sacar lo agregado, sacar lo que nos ata a la dualidad…
y a veces no es sacar…sino dejar de agarrar
Una misión humilde y sublime…
regresar a casa…y dejarnos florecer….